Exhibiendo su alcance universal, la música ha logrado crear una melodía específica para el que quizá sea el concepto matemático más famoso, el número Pi.
Una vuelta de tuerca al debate sobre la naturaleza de la música
La música es un arte que también puede ser considerado una ciencia, ¿o era al revés? Sea como sea, los partidarios de una u otra categorización de la música van a contar con nuevo material para su rifirrafe dialéctico, siendo los defensores del carácter científico de la interpretación musical los más reforzados. No en vano, un compositor se ha inspirado en el número Pi para crear una pieza única en la historia de la música.
David McDonald ha ido un paso más allá en el debate y ha puesto su creatividad al servicio de la música matemática. El pianista escocés ha tomado la escala de La menor armónica (con la séptima nota alterada) y ha puesto a cada nota un número del 1 al 8, añadiéndole dos notas más (un sol sostenido grave y un si agudo) para completar las diez cifras posibles. Como puede verse por los preparativos, la vinculación entre la música y la ciencia matemática nunca había sido tan evidente.
A partir de ahí, la melodía y los acordes resultantes son la simple traslación de los primeros decimales del número Pi al terreno musical en correspondencia con los números asignados a las notas del teclado. Para dotar de mayor espectacularidad a tan curiosa pieza, McDonald no se restringe a un solo intervalo sino que va alterando las escalas a partir del La 2, 3, 4 y 5 (en base al índice acústico franco-belga, siendo el La 2 el más grave y el 5 el más agudo). Juzga el resultado por ti mismo.
Precisión matemática con resultados sorprendentes
Lo más chocante de la composición de este músico británico no sería tanto la idea subyacente en sí, ha habido otros intérpretes que han realizado proyectos similares, sino el asombroso resultado que ha obtenido. Aunque ha incorporado elementos de su propia factura (como la alternancia de acordes), lo armónico de la melodía basada en el número Pi podría abrir un nuevo frente sobre si es posible dar origen a grandes composiciones solamente con fórmulas o elementos matemáticos.
Desde luego, el oyente se queda con la boca abierta al escuchar cómo se va originando una melodía perfectamente coherente sirviéndose únicamente de números y cómo incluso se aprecian varios temas que se repiten eventualmente con algunas variaciones, cual si de un complejo trabajo de composición se tratara. Habrá quien piense que esta música carece de alma pero ello no contesta tajantemente a la gran pregunta: ¿son las matemáticas tanto o más efectivas que el genio humano para componer?
El número más famoso
El número Pi y sus posibilidades en ámbitos como la ciencia o la ingeniería ha fascinado a culturas tan distintas y distantes en el tiempo como el Antiguo Egipto, la Grecia Clásica o la civilización hindú. Actualmente, la utilización de ordenadores ha permitido desvelar hasta diez billones de decimales del número Pi. Como curiosidad, han sido necesarios más de dos mil años de desarrollo tecnológico para superar la precisión de Aristóteles en sus cálculos.