Desde su inicio en 1954 con la producción del primer saxofón tenor T-3, Yanagisawa ha sido sinónimo de excelencia en la fabricación de saxofones. A lo largo de más de seis décadas, la compañía ha evolucionado de manera impresionante, no solo en la calidad de sus instrumentos, sino también en su enfoque hacia la artesanía, la tecnología y la innovación. Si bien el saxofón como instrumento musical tiene una historia relativamente corta en comparación con otros, como el violín o el piano, los saxofones Yanagisawa han logrado conquistar el mundo de la música profesional, ganándose la admiración de músicos y críticos por igual.
Los primeros pasos de la reparación a la producción
La historia de Yanagisawa comienza en 1894, cuando Tokutaro Yanagisawa empezó a reparar instrumentos de viento para las bandas militares japonesas. Su habilidad en la reparación pronto lo llevó a fundar una fábrica, la primera en Japón dedicada a la construcción de instrumentos de viento. Sin embargo, no fue hasta 1951, cuando el hijo de Tokutaro, Takanobu Yanagisawa, construyó su primer saxofón, que la marca comenzó su aventura en la producción de saxofones. A pesar de que ya existían saxofones en Japón, estos eran de baja calidad comparados con los modelos internacionales, y las aspiraciones de Yanagisawa eran mucho más altas.
La búsqueda de la perfección
El verdadero punto de inflexión en la historia de Yanagisawa llegó entre 1968 y 1977, cuando la compañía comenzó a diseñar saxofones que no solo destacaban por su sonido, sino por su diseño estructural. En 1968, lanzaron el primer saxofón soprano japonés (el modelo S-6) y continuaron perfeccionando sus instrumentos para adaptarse a las diferentes necesidades de los músicos. El cambio hacia un enfoque de "tecnología Yanagisawa" se consolidó en 1977, cuando la compañía presentó una nueva línea profesional de saxofones de soprano, alto y tenor, que mostraban el compromiso con la flexibilidad y la versatilidad sonora.
El enfoque único de Yanagisawa se basa en un proceso que "comienza en las manos, pasa por las máquinas y termina de nuevo en las manos". Este enfoque integrador permite que la experiencia de los artesanos, combinada con la precisión de la maquinaria moderna, dé como resultado instrumentos de una calidad sobresaliente. Los saxofones Yanagisawa se han ganado reconocimiento mundial y han sido exportados a mercados importantes en América, Europa, Australia y América Central.
El auge de los modelos de saxofón gama alta
A lo largo de las décadas siguientes, Yanagisawa continuó innovando, lanzando modelos que combinaban la tradición con la modernidad. En la década de 1990, por ejemplo, se presentó el modelo Silver Sonic (9930), un saxofón con cuerpo de plata esterlina que ofreció a los músicos una sonoridad única, rica y expresiva. Este fue solo el comienzo de una serie de innovaciones materiales que incluirían el bronce y oro rosa. Estos modelos no solo ofrecían un sonido incomparable, sino que también tenían un atractivo visual impresionante.
El modelo A-9937 (alto) con cuello, cuerpo, pabellón y campana de plata esterlina, lanzado en 1999, se destacó como una pieza de arte en sí misma, estableciendo un nuevo estándar en la fabricación de saxofones de alta gama.
La búsqueda incesante de la perfección con la Serie WO
Los últimos avances de la marca, como la serie WO (lanzada entre 2014 y 2018), han demostrado que Yanagisawa sigue comprometida con la creación de saxofones que no solo sean funcionales, sino que también sean instrumentos que los músicos realmente sientan como parte de su propia voz. La serie WO ha sido aclamada por su ergonomía mejorada, su afinación precisa y su capacidad para ofrecer una experiencia de interpretación sin igual.
Yanagisawa no solo ha destacado en el diseño de saxofones, sino también en la creación de accesorios de alta calidad. En 2019, la marca lanzó la ligadura Yany SIXS y el tornillo de cuello Yany BooStar✧, dos innovaciones que ofrecen a los músicos un control y comodidad adicionales en su interpretación. Estos pequeños detalles demuestran cómo Yanagisawa no solo se conforma con lo que ya ha logrado, sino que sigue buscando la perfección a través de la experimentación y la mejora continua.
El Futuro de Yanagisawa
Lo más fascinante de Yanagisawa no es solo la evolución de sus saxofones, sino su filosofía. La compañía cree firmemente que un saxofón no es solo un objeto fabricado, sino un instrumento vivo. Tal como lo expresa su fundador, el saxofón "no es solo una forma o figura, sino un sonido, una voz". Esta visión coloca a los artesanos como los verdaderos creadores de vida, quienes, a través de su devoción y conocimiento, dan alma a cada saxofón.
Hoy, tras más de 60 años de experiencia, los saxofones Yanagisawa no solo se encuentran en los escenarios de todo el mundo, sino que siguen siendo una referencia de lo que se puede lograr cuando la pasión, la tradición y la innovación se combinan para crear instrumentos que trascienden la música.
El viaje de Yanagisawa es un testimonio de la dedicación, el sacrificio y la devoción al arte de la fabricación de instrumentos. Cada saxofón es una obra maestra, construida con precisión pero también con el corazón y el alma del artesano. La evolución constante de sus modelos y la búsqueda de la perfección no solo se refleja en la calidad de sus saxofones, sino en cómo estos instrumentos siguen tocando los corazones de quienes los tocan. Y como el propio Yanagisawa dice, mientras los artistas no nos digan que hemos cumplido con sus expectativas, seguiremos buscando esa conexión perfecta entre el instrumento y el músico.
La historia de Yanagisawa no es solo la de una marca, sino la de una verdadera pasión por la música que sigue resonando en cada nota tocada por sus saxofones.
