Las Leyes de Educación más recientes han hecho una apuesta decidida por la inclusión de las TIC en nuestro sistema educativo. Esto queda patente en la importancia que éstas le han concedido a la Competencia Digital (aquella que implica el uso seguro y crítico de las TIC para obtener, analizar, producir e intercambiar información) en las últimas modificaciones curriculares.
Esta nueva perspectiva, que nos permite conectar la vida real de nuestro alumnado con los procesos formativos, está demandando, cada vez más, una formación y una preparación específicas del profesorado sin las cuales este proceso podría quedar en una preocupante situación de “impasse”.
En el campo de la Educación Musical, la innovación educativa lleva años trabajando y perfeccionando diferentes métodos que tratan de desarrollar la actitud creativa a través de la práctica musical, a la vez que ha definido estrategias específicas para introducir el uso de las TIC como vehículo de expresión, creación y representación musical en las Programaciones de Aula.
En lo que concierne a las Administraciones competentes, uno de sus primeros pasos consistió en la puesta en marcha del denominado Programa Escuela 2.0, en el curso escolar 2009 – 2010, que dotó a los Centros de Primaria y de Secundaria de equipamientos TIC (proyectores, Pizarras Digitales Interactivas y ordenadores portátiles para alumnos y profesores), con los que hacer frente a las nuevas tendencias educativas y desarrollar en el alumnado las capacidades propias de la Competencia Digital.
Pasados 6 años, la realidad tecnológica ha dado un giro de 180º y los usos de nuestros alumnos, y nuestros propios usos, se han ido dirigiendo hacia los dispositivos móviles (tabletas digitales y teléfonos inteligentes).
La llegada de las “tablets” y de los “smartphones” ha abierto un abanico de posibilidades en el “universo educativo” de unas dimensiones incalculables, en el que la música ocupa un lugar privilegiado, aunque el concepto de Educación Musical mediante TIC ha cambiado radicalmente con respecto al surgido del Programa Escuela 2.0.
Mediante este tipo de tecnología podemos hacer arreglos musicales, componer melodías, manipular distintos parámetros y cualidades sonoras, en definitiva, podemos crear, innovar y experimentar con la música sin tener conocimientos musicales previos. Esto ha originado un nuevo panorama en el mundo de la composición y la creación musical, en el que cualquier profano es capaz de realizar composiciones musicales de un alto nivel de calidad sonora.
Sin embargo, uno de los problemas con el que nos encontramos en las aulas es la ausencia de este tipo de tecnología, lo que ha llevado a muchos profesionales de la Educación Musical a optar por la utilización del método BYOD (Bring Your Own Device) o BYOT (Bring Your Own Technology), haciendo que los alumnos traigan al Centro sus propios dispositivos.
Este método de trabajo está dando unos resultados excelentes, como muestran las publicaciones especializadas y las numerosas comunicaciones y ponencias que los expertos están protagonizando en diferentes foros relacionados con la investigación y la innovación musical.
Un dispositivo móvil es un “arma educativo – musical” que acerca la escuela a la realidad del alumnado, facilita la labor docente y dinamiza, actualiza y hace más atractiva la enseñanza de la música. Ahora sólo falta dar a conocer el potencial de tablets y smartphones al colectivo docente programando estrategias efectivas (cursos de formación permanente, foros, seminarios…) que animen y preparen al profesorado a introducir las TIC en su labor de aula diaria.
Si quieres ver un esquema con las ideas fundamentales de este artículo, puedes hacerlo en esta infografía.